sábado, 3 de diciembre de 2011

Erasmus trip!

Buna dimineata!

Son las 9 de la mañana de un domingo, y os preguntareis: Qué hace Carla despierta a estas horas, un domingo? Pues bien, acabo de llegar de Republica Moldava, donde he pasado, junto con Juan, los últimos 3 días. Os lo explicaría ahora, pero como no hice los deberes en su momento, ahora toca explicar el viaje que hicimos la semana pasada todos los Erasmus. Lo de Moldavia tendrá que esperar..

El viaje, o mejor dicho la excursión, fue organizada por la ASE, nuestra universidad. Y no solo organizada, sino también subvencionada. Pues un fin de semana, incluyendo todas las comidas, autocar de ida y vuelta, y noche de hotel, nos costó a cada estudiante 15 euros (éramos 85 entre Erasmus y rumanos), porque el resto lo pagaba la ASE.



Empezamos el sábado a las 7 de la mañana, cogiendo el autocar dirección Sinaia. El pueblo no lo vimos, pues fuimos directamente al famoso Peles Castle, donde no pudimos entrar. Así que hicimos cuatro fotos, dimos un par de vueltas por allí, y de vuelta al autocar. Espero poder ir otro día en todo lo que me queda de año en Rumanía para poder visitarlo por dentro, pues dicen que merece la pena.

Mucha gente me había dicho que el Peles Castle es precioso y sí, la verdad es que me sorprendió. Si se tiene tiempo, es una excursión obligatoria a hacer en Rumanía. El castillo fue construido en 1873 por orden de el rei Carol I. No sólo el edificio es impresionante, sino también los jardines y todo el paisaje que le rodea.

Juan y yo con el castillo al fondo.


Peles Castle. Paula posando como si Juan y yo fueramos unos desconocidos.

La primera vez que ves nieve/hielo en invierno hace mucha ilusión..









Una vez visto el castillo por fuera, el autocar puso rumbo Brasov.

Tenía muchas ganas de ir a Brasov, y sigo teniéndolas después de haber ido. Llegamos, comimos en un restaurante, fuimos al hotel a dejar las mochilas y luego, a las 17:30h (ya de noche) fuimos a visitar la ciudad. Así que poca cosa vimos, únicamente la plaza central y el paseo lleno de comercios. Otro sitio donde quiero volver a ir..


No tengo ni fotos de Brasov, pues al ser de noche todas salían mal.

La cena en Brasov fue, por decirlo de alguna manera, curiosa. No recuerdo el nombre del restaurante y creo que mejor, para que nadie tenga la tentación de ir si algún día se pasea por dicha ciudad. Contándolo rápidamente, llegamos al restaurente a las 21:00h, donde nos encontramos el primer plato de canapés fríos y asquerosos en la mesa. Después de eso, mientras todos esperábamos hambrientos el segundo plato, empezó a sonar la música en el escenario que había en medio de la sala. Empezaba el baile! Todos deducimos entonces que la cena había acabado. La gente empieza a beber alcohol a tope. Estubimos 2 horas bailando y haciendo el tonto con una mezcla de música rumana y normal. De repente, empiezan a traer platos de ensaladas a las mesas. Sí, platos con lechuga cortada, sin nada más. Aquello no se lo quería comer nadie, así que simplemente las ignoramos. Tras una hora y media más de bailoteo (ya eran las 00:30h), empiezan a treaer platos con trozos de pollo y patatas fritas. Ahí la gente ya hizo más caso, todo el mundo se sentó y se comió almenos las patatas. Sigue el baile y, media hora larga después, el postre. Una especie de tarta blanca que no hizo nada más que, junto con una buena dosis de alcohol, inspirar la imaginación de la gente y inaugurar una guerra de tartas. No hace falta decir nada más..


Juan y yo, con la pista de baile detrás. 




Cuando tenga más fotos de la noche ya las colgaré.

A la mañana siguiente, después de que los Buddies (estudiantes rumanos que organizaron y nos acompañaron a la excursión) fueran picando puerta por puerta para despertar a los resacosos Erasmus, nos fuimos al Castillo de Dracula. De dicho castillo ya me habían avisado de que decepciona un poco, pues siendo el más famoso de Rumanía, no es el más bonito. Aun así, debo decir que me gustó bastante. A éste sí que pudimos entrar, pagando 10 lei por ser estudiantes (sinó creo que eran 20 lei). Lo de dentro no es gran cosa, se podría describir como una gran casa, y la decoración muy escasa: paredes pintadas de blanco y mobiliario rústico. Lo que más merece la pena una vez dentro es el patio interior.


Camino al Castillo.

Patio interior.

El río congelado, para que veáis el frío que hacía!

Nieve!!

Después de ver el castillo estuvimos un rato en el mercadillo que hay justo debajo, con muchos puestecillos donde venden cosas en principio hechas a mano. Merece la pena echarle un ojo.

Y desde aquí, para casa.

En general, la sensación que tuvimos todos al finalizar la excursión fue de ver mucho y  no ver nada, la cual se obtiene tras pasarse dos días de un sitio a otro sin disfrutar apenas de lo que se ve. Aun así, almenos yo estoy contenta de haber ido, pues hemos conocido un poquito más de este sorprendente país. A parte de que si no aprovechamos ahora para hacer este tipo de excursiones, tendríamos que esperar a hacerlas en Marzo, pues si ahora ya hace frío, no quiero imaginar en Enero o Febrero..


Eso es todo. Proximamente, República Moldava!



Un beso enorme para todos, familia, que ya queda poco para vernos! ;)



Carla.